martes, 20 de julio de 2010

FUI INFIEL Y ME GUSTO...

Cuando tenía 17 años estuve por dos años con Raffo, un chico que por su físico llamaba la atención de cualquier chica que lo viera pasar. El tenía 5 años más que yo.
Fue la primera relación amorosa seria que tuve, y digo seria porque fue el primer hombre con en el que pensé que quizás, en algún futuro, nos casaríamos y tendríamos lindos niños juntos. Pero después de un poco más de un año, pasaron varias cosas que me decepcionaron, entre ellas la falta de apoyo de su parte en un momento que realmente lo necesité. Poco a poco dejé de sentir emoción con sus besos y empecé a abrir los ojos y mirar el mundo a mí alrededor.

Una noche salí con unos amigos de la universidad a un barsucho miraflorino para chibolos, a tomar unas chelas.
Entre ellos estaba Juanjo, un chico muy simpático de tipo italiano, mirada fuerte e intimidante, bastante mandado sin llegar a ser malcriado.
Por varios días en la universidad me lanzo algunas miradas e indirectas que despertaron una fuerte atracción en mí.
El solo verlo ponía a mi día el toque justo de emoción y alegría, y si me decía o hacía algo fuera de lo normal, con la intensión de coquetear me quedaba pensando en eso por horas, con una sonrisa clavada en mi cara.

Recuerdo que esa noche Raffo tenía un cumpleaños, pero por algún motivo salió temprano y nos dio el alcance. Yo no podía mentirle pero en realidad no quería que llegara.
Después de un par de horas y varias botellas, al momento de irnos Raffo me quiso embarcar en un taxi (no tenía carro y la verdad pensé que era poco caballeroso de su parte que por ahorrarse unos soles no se le ocurriera acompañarme). Sin pensarlo dos veces Juanjo se ofreció a llevarme y Raffo le agradeció...
Camino a mi casa Juanjo me propuso ir a tomar unos whiskies, sin dudarlo acepté, aunque en el fondo sabía lo que se aproximaba.
Algo mareados y en un momento de descuido, Juanjo me beso y yo no lo detuve. Nos pasamos horas solo besándonos. Sentí en ese momento lo que no sentía hace mucho tiempo. La tentación y las ganas que se acumularon por días estallaron en ese momento.
Me gustó mucho, demasiado, ¿será también porque siempre me atrajo el riesgo y el peligro? Claro que a ratos observaba alrededor porque venían alucinaciones a mi cabeza de que Raffo nos había seguido y nos estaba mirando. Gracias a san cachudo no fue así.

Al día siguiente que vi a Raffo me sentí la mujer mas bitch del mundo, no podía mirarlo a los ojos, estaba muy nerviosa, pero al mismo tiempo se hizo inevitable el que me guste esa sensación de traidora. Tampoco podía sacarme de la cabeza esos increíbles e intensos besos.
Dos meses después terminé con Raffo y empecé con Juanjo.

Cuando alguien (hombre o mujer) está en una relación, la fidelidad completa no existe. Y es que por más que no tengamos contacto físico con un tercero, nuestros pensamientos pueden hacerlo con facilidad.

Con el pasar de los años tuve que aprender y aceptar, (y es que es una realidad), que los hombres en general, por más enamorados que estén de su pareja, en el momento que ven una mujer físicamente bastante atractiva (ya sea en la TV, en Internet o en la calle) sus hormonas se encienden y solo ellos saben todo los pensamientos eróticos que pasan por sus cabezas.
Si se les presenta una de estas mujeres, se insinúa descaradamente y tienen la oportunidad perfecta de levantársela sin que nadie se entere, lo hacen.
Saciada su “necesidad” continúan con su vida como si nada hubiera pasado.
Cabe resaltar que no todos pero si un alto porcentaje.

Para la mayoría de nosotras, esto no funciona exactamente así. Si vemos un hombre bastante atractivo, pensamos que está buenísimo, lo comentamos entre nosotras, tal vez en el fondo nos gustaría que nos dé una miradita, una sonrisa o se nos acerque a hablar para conocerlo. Si esto pasara pero tenemos una bonita relación, sabemos poner el freno en el momento indicado, y simplemente nos alegramos porque este sujeto nos hizo sentir lindas, atractivas, es decir...¡¡¡nos levantó el ego!!!

Si la relación no es buena hay la posibilidad de que si este hombre a demás de ser una cara bonita (no necesariamente tiene que ser un cuerazo), sea varonil, educado, inteligente y sepa como conquistar a una mujer, el freno se malogre y sin darnos cuenta nos enredemos y quizás hasta nos enamoremos…

No quiero decir que esté bien ser infiel si las cosas no andan bien en una relación. No me enorgullezco de lo que le hice a Raffo (era una chibola algo confundida que estaba aprendiendo sobre el amor), pero hay que tomar en cuenta que si empiezas a mirar hacia otros lados, es porque algo está fallando. Es mejor analizar bien que es lo que pasa y buscar soluciones si realmente vale la pena, y si no, terminemos esa historia antes de meternos en un problemón.

3 comentarios:

  1. Muy bueno!!!! tienes razón...asi son las cosas...cuando no hay amor...y se vuelve costumbre el dia a dia.
    Uno tiene que variar sino llegas a aburrirte y mientras tengan vivo el amor, hay que disfrutarlo y enriquecerlo cada dia más.
    Una eterna enamorada de su pareja por 13 años...
    yoseline

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  2. Felicitaciones Janni leí todas tus entradas, muy buenas
    besos

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  3. No solo los hombres pueden llegar a ser infieles, difrutar del momento intensamente para luego olvidarlo como si nada hubiera pasado. Si bien comparto la idea de que la mayoria de mujeres
    piensa antes de actuar, sobre todo cuando de infidelidad se trata, ellas tambien actuan arrebatadamente y les encanta sentir el rush de lo que esta mal , de lo prohibido. Tanto a hombres como mujeres nos complace no solo el mirar, sino el tocar y sentir. Entrar en la rutina de una relacion sin sentir el llamado del placer en otra piel , es algo inevitable.

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